Las maniobras de Alejandro Moreno para hacerse del cadáver del PRI son un afán para procurarse su propia franquicia política y así vivir los próximos años del presupuesto.
El Revolucionario Institucional terminará sus días como un partido “satélite” al mismo nivel que el Partido Verde o el PT y Alito quiere ser su dueño.
Alejandro Envila Fisher analiza, con Armando Reygadas y Edgar Rodríguez, el triste final que le ha tocado al otrora partido aplanadora que ahora se encuentra en terapia intensiva.
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