By Tonantzin Guadalupe
Mucho se ha discutido si lo que ahora conocemos como el Cerro del Tepeyac era un sitio de adoración de alguna deidad náhuatl y si la zona ya era frecuentada por peregrinos antes de la llegada de los españoles.
Existe la idea de que, desde tiempos inmemoriales se adoraba a una diosa llamada “Tonantzin”.
Tonantzin es una palabra nahuatl que significa “nuestra madre”. El “tzin” al final es el sufijo utilizado para implicar la respetabilidad de la persona a la que se referían. Decir, por ejemplo, “Cuauhtemoctzin” era similar a decir “Noble señor Cuauhtemoc”.
Sin embargo, más que el nombre de una diosa, el nombre Tonantzin bien podría haber sido un título; tal vez el equivalente de agregar el “Nuestra Señora” para referirse a alguna de las múltiples deidades femeninas del panteón mexica.
Algunos lingüistas proponen que el nombre Guadalupe tiene como origen el término “Coatlaxopeuh” que significaría algo así como «Quien tiene dominio sobre las serpientes», aunque otros autores le dan otro significado como «La que emerge de la región de la luz como el Águila del fuego» o «La que aplasta la serpiente», un término muy de acuerdo al tema, diría yo.
El caso es que, a pesar de encontrarme con todos estos expertos, no pude ubicar a ninguna diosa mexica con ese nombre. Por ahí alguien la empareja con la propia —y sanguinaria— Coatlicue.
Muchos estudiosos del mito guadalupano tienden a explicar que los españoles aprovecharon la aproximación fonética de Coatlaxopeuh con Guadalupe y de esa manera lograr el sincretismo de ambos cultos. El culto original a la Virgen de Guadalupe proviene de Extremadura, España, lugar de origen de muchos de los españoles que llegaron durante las primeras oleadas durante la conquista.
Lo lógico sería pensar que adaptaron esa imagen que tenían presente de su propia tierra.
