Turbamulta

Libros para abrir mentes – No a la censura

Censura de Libros

A principios de los años noventa ocurrió que a Martin Scorsese le dio por filmar una de las películas más controvertidas de la época y atrajo toda la atención del mundo

Basada en el libro de Nikos Kazantzakis, “La última tentación de Cristo” y con el mismo nombre, la cinta exploraba una faceta muy especulativa del personaje, al que bajó de la cruz y lo llevó a vivir una vida plena con esposa e hijos. Lo interesante es el final de ambos, sin embargo, les ahorro el espóiler.

El caso es que la cinta causó gran controversia y, de hecho, las organizaciones católicas no permitieron que ningún cine la proyectara, por lo que la inmensa mayoría de los mexicanos se quedaron con la idea de que era “pecaminosa” y “herética”, porque eso fue lo que dijeron los curas.

¡Bendita conformidad!

Ocurrió también que en esos entonces yo era estudiante de Ciencias de la Comunicación justo en el semestre que llevábamos la materia de cine. Un buen día, el catedrático de dicha materia nos avisó que había conseguido una copia de la película y que nos la iba a poner en una de sus clases. Aseveró que la cinta, dentro de todas las controversias, era una verdadera obra de arte.

Mala fortuna: la directiva de la universidad ―era católica, por supuesto― se enteró y lo prohibió tajantemente. En las sacrosantas instalaciones universitarias no se iban a cometer herejías. ¡Amén!

Lo que hizo el profesor fue genial, luego de avisarnos con el semblante desencajado, que no íbamos a poder verla, dejó una copia para que nosotros la compartiéramos y la viéramos a nuestra discreción. Viralización de contenido, aunque aún no habíamos dado nombre al concepto.

Y… por supuesto que la vimos todos.

Más allá de opiniones personales del libro y la película aquí ocurrió el caso clásico de que, lo que está prohibido, puede ser lo más deseado.

Escribo esto luego de leer un artículo de Grid en el que analiza un brutal incremento que se ha dado en los últimos años de padres solicitando la censura de libros que consideran impropios para sus inocentes criaturas.

Resulta que entre marzo de 2012 y julio de 2022 se han prohibido la presencia en escuelas de 1,145 libros. La mayoría de ellos con temática LGBT. Al parecer los papás creen que sus hijos se van a “hacer putos o lesbianas” por el simple hecho de leer un libro. (escribo de ese tema aquí)

Lo que yo veo aquí es el clásico temor ignorante, paleto, retrograda y basado en creencias religiosas del cual a muchos les gusta presumir. Piensan que la mejor forma de solucionar algo que ellos conciben como “una aberración” es meter a sus hijos a una burbuja desinfectada a la cual no puedan entrar las realidades del mundo.

Como si eso funcionara.

Suponen que aún no han inventado un medio a través del cual puedas hacer una búsqueda y obtener, en segundos, casi cualquier texto o contenido, aunque este esté baneado por las asociaciones religiosas más radicales de Texas y Oklahoma.

Esa es la razón por la que países como China “cierran” Internet, es imposible controlar muchas de las cosas que ahí ocurren y, gracias a esto, se ha transformado el medio para esquivar autoritarios, ya sean estos políticos o religiosos.

Dejen que los jóvenes lean, dejen que sus mentes sean “contaminadas” por nuevas ideas y por nuevos conceptos. Garantizo por escrito que no se “van a volver maricas” si leen un libro, no van a correr a cambiarse de sexo por culpa de un autor; lo que sí, es que van a abrir sus mentes y, en este atribulado mundo de radicalismo y cerrazón, podrían transformarse en la solución para un mejor futuro.

Por cierto, si no has leído el libro de Nikos Kazantzakis, hazlo. Para mi representó una perspectiva muy diferente de la forma en que el catolicismo retrata a Cristo.

Foto de Freddy Kearney en Unsplash

Armando Reygadas
Viví la revolución digital en carne propia; di mis primeros pasos en medios tradicionales impresos y la radio AM; desde ahí salté a Internet. Comunicador especializado en tecnología, redes sociales, medios digitales y marketing en línea; me dedico a la ‘blogueada’ desde los 90s y participo en varias publicaciones como Reseñando.com y Conexionistas.com.mx donde tenemos un podcast.

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