By Llama la atención una encuesta de Gallup la cual detectó que la asistencia a iglesias y templos (sin importar religión o denominación) ha descendido a menos del 50% de la población de Estados Unidos.
Algo muy curioso ya que el panorama político de ese país, visto desde la perspectiva religiosa, parece indicar todo lo contrario: los evangélicos, así como otras denominaciones conservadoras cristianas, son al menos en teoría, el “voto duro” del Partido Republicano y que podría llevar de nuevo a Donald Trump a la presidencia.
El problema, según un análisis que hace Matt Lewis de The Daily Beast, es que la gente no deja de creer, si no, que necesita un nuevo marco de creencias y éste podría ser dominado por un nuevo mesías, léase (con un escalofrío en la espalda), algún personaje del talante de Donald Trump.
Ese mismo sitio señala en otro artículo, un caso muy interesante para este asunto: Lauren Boebert, la controvertida representante por el estado de Colorado, una mujer que causa controversia por su radicalización respecto a las armas y el uso de estas para eliminar a sus “enemigos” demócratas, afirmó recientemente algo que causaría escándalo en cualquier cristiano que se respete:
“En twitter, a muchos trolls les encanta decir ‘Jesús nunca necesitó de rifles AR-15, ¿cuántos rifles crees que Jesús tuvo?’” Sin embargo, remata: “el problema es que Jesús no tenía los suficientes rifles para evitar que su propio gobierno lo matara”.
Estas palabras denotan que la legisladora, o no tiene la más remota idea de la base sobre la que se erige el cristianismo ―del que ella presume ser ferviente practicante y defensora―, o no tiene el más mínimo empacho de tergiversarlo en función de su discurso.
Regresando a la columna de Matt Lewis, éste afirma que el abandono de las iglesias por parte de los conservadores ―que se miran a si mismos como fervientes cristianos―, no es de ninguna manera una buena noticia, de hecho, es señal de algo peor.
Al parecer lo que ocurre aquí, al igual que en el caso de Boebert, es que esta gente utiliza y deforma al cristianismo para justificar sus ideas y encontrar un factor aglutinante; no les molesta contradecirlo o alterarlo para que así se adapte a sus objetivos. Literalmente están abandonando e ignorando el ideal cristiano, para fabricar una nueva creencia acorde con su visión del mundo.
Tienen la necesidad de un nuevo mesías sobre la tierra. Un verdadero prócer que los guie a través de los grandes problemas ―de corte casi apocalíptico― que está viviendo este mundo y que los lleve a una exclusiva tierra prometida de paz, seguridad y prosperidad.
Creo que esto podría explicar muchas cosas, en ese país, y en muchos otros.
Foto de Tim Marshall en Unsplash
