By Dicen los cataríes organizadores de la Copa del Mundo que, durante el evento, ustedes los occidentales libidinosos, casquivanos y pecadores se tienen que portar bien.
Ellos, como fieles creyentes, tienen a sus mujeres en orden y no son pecadores; no consumen alcohol, no andan poniendo cuernos y mucho menos ondeando banderas multicolores que representan a desviados así como libertinas.
Desde siete años de cárcel podría recibir un asistente al evento por siquiera atreverse a mostrar una bandera con un arcoíris, por no hablar de los diversos castigos para los borrachos, los adúlteros y quienes no cubran de manera correcta su cuerpo. ¡Qué pueblo tan progresista!
La razón que da el comité organizador es que los visitantes tienen que respetar las sublimes tradiciones del país, que incluyen el esclavizar y cosificar a las mujeres así como el castigar con penas corporales a las personas diferentes.
Sin olvidar, por supuesto, que para ellos nosotros los infieles no somos más que dignos de la esclavitud en vida y del infierno en la muerte. Ellos están haciendo todo el irigote del mundial —y van a aguantar nuestras sucias patas en su alfombra solo un ratito— para dar a conocer al mundo su moderna imagen.
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Foto de Visit Qatar en Unsplash
