En tr3s y do2

No estamos moviendo la pelota

Eventos nacionales e internacionales, guerras, bancos intervenidos, mucho ruido, polémica, misiones diplomáticas con escalas múltiples que pretenden reforzar la idea de que hay formas (ridículas) de ser (¿o parecer?) austeros y acabamos sin realmente mover el balón para mejorar las condiciones del país.

Claro, quienes hoy tienen la pelota, y la han tenido ya por cerca de 7 años, la 4T, nos siguen recetando mañaneras, iniciativas de ley, reformas y ocurrencias que solo agregan peso a un castillo ideológico de naipes que difícilmente aguantará una brisa ligera.

Si pudiéramos ver lo que dicen y hacen los principales funcionarios del gobierno mexicano, además de deshacerse en mensajes por el cumpleaños de la presidenta, nos daríamos una idea de cuáles son las prioridades y temas esenciales que un aparato de ese tamaño e influencia persigue en tiempos en que el país, seamos sinceros y optimistas, no va del todo bien.

Desafortunadamente, gran parte de la labor del gobierno mexicano es reactiva; es como si cada día tuvieran que ver qué se dijo en Estados Unidos anoche o dos horas antes (una razón más para regresar al horario de verano) para poder reaccionar.

No son dueños de su agenda y eso pasa cuando los planes y estrategias no tienen suficiente inercia o sustancia para que detalles que debieran ser menores no los descarrilen.

Empezamos con la presidenta Sheinbaum y lo que parece ser una preocupación genuina por el conflicto en medio oriente, pero que parece fuera de lugar cuando en México seguimos con una situación de violencia e inseguridad que no necesita misiles para ser de emergencia:

“Participo en la Cumbre del G7 en Canadá como representante de un pueblo digno y orgulloso que ama su historia, su cultura, y que se ha caracterizado por ser promotor de la paz”.

En una mañanera, agregó:

“Como presidenta de México lo que tenemos que hacer siempre es en el marco de la Constitución… México tiene que ser factor de paz siempre”.

Debo reconocer que son mensajes apropiados y razonables en el frente diplomático, por más que esa mentada “doctrina Estrada” la usen a modo, pero no podemos vivir de nuestra historia (esa “historia” que escribió el PRI y que quiere reescribir Morena) ni de nuestra “cultura”, por más orgullosos (y confundidos) que estemos de ambas.

¿De qué nos sirve tener “cultura” si la gente no sabe qué va a comer la próxima semana? ¿Para qué queremos “cultura” si esta se intercambia por apoyos económicos clientelares o importaciones chinas? ¿De qué nos sirve que las calles de nuestras ciudades estén tapizadas de una historia llena de nombres de “héroes” que difícilmente fueron lo que nos dijeron que habían sido? ¿De qué nos sirve querer entronizar a alguien como López Obrador en la lista de “héroes” y caudillos calibre Fidel, Chávez o Ché, si el rollo del bienestar es poco más que un eslogan?

En otro mensaje en Twitter agregó la presidenta:

“Un hombre sabio, el Papa Francisco, dijo algo que resulta sumamente pertinente en este momento:

‘La guerra es el mayor fracaso de la humanidad. No hay futuro en la destrucción sino en la fraternidad. La paz no es solo ausencia de guerra es la construcción de la justicia'”.

En todas estas declaraciones parece preocuparse por conflictos fuera de nuestras fronteras o por riesgos a la paz —en otros lados— que escapan a su control, mientras en México estamos muy entrados ya en la segunda década de inseguridad y violencia rampante donde el gobierno dejó a otros el monopolio de la violencia en grandes regiones del país, con millones de mexicanos que sienten esa inseguridad aquí y NO en medio oriente.

No podemos ignorar lo que pasa fuera del país, pero debemos pedirle a nuestro gobierno atender primero lo que está directamente bajo su responsabilidad e, idealmente, su control.

Necesitamos construir la justicia porque no hay futuro y sería un fracaso nacional seguir en la destrucción que vivimos.

Por otro lado, presumió el Secretario de Economía un vehículo mexicano a base de hidrógeno (afortunadamente no lo bautizaron, todavía, con la palabra “bienestar” en ningún lado) y el lanzamiento de lo que se espera sean “Polos del Bienestar” ubicados en lugares donde no parece claro si ya se revisó que al menos haya electricidad y donde se espera atraer empresas de “sectores estratégicos” que tal vez pudieran invertir y prosperar más sin polos, pero con devoluciones de IVA, con menos trámites, con acceso a créditos competitivos, con mejor seguridad patrimonial y jurídica, con legislación clara y sensata, con tasas impositivas razonables.

Por su parte, cuando alguien se anima a ver lo que el presidente del Senado considera relevante a base de sus mensajes en redes sociales, pareciera ser que el señor es parte del parlamento de Palestina y no del de México.

Le indignan, con mucha razón, las condiciones que viven los palestinos, pero parece ignorar la realidad en el país del que él es uno de los principales líderes políticos.

¿De qué le sirve a México, ese del “primero los pobres”, que el señor vaya a una audiencia con el Papa (en guayabera y lo que parecían ser tenis), si lo más relevante que parece sacó, fuera de un video de precampaña, es que se ofendió porque ahí estaba un expresidente panista —que tampoco pudo mover la pelota significativamente—?

Y así, sigue la lista de políticos, diputados y funcionarios cuya agenda ignora la realidad del país que ellos deberían estar proactivamente manejando para procurar resultados muy distintos a los de los últimos 7, 15, 20 o 30 años.

@josedenigris

 

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