By Apenas esta semana la presidenta de la república, Claudia Sheinbaum y parte de su gabinete, presentaron la campaña “Aléjate de las drogas, el fentanilo te mata”.
En medio del bla-bla característico de estos eventos, se recalcó la importancia de alejar a los jóvenes de los estupefacientes. Para no perder la costumbre también se presentaron los videos, los espectaculares y las horas de escuela que el gobierno está dispuesto a dilapidar en un afán (uno más) por demostrarnos que “está haciendo algo”.
Como siempre ocurre con estos “esfuerzos”, comenzaremos a escuchar y ver mensajes regañones diciéndonos lo malísimas que son las drogas. Colocarán espectaculares, dedicarán tiempo en las escuelas para que los maestros hablen del tema con los alumnos y editarán miles de libros con material de apoyo para los padres (que nadie leerá).
Una vez más (ya hacía referencia a esto en un texto que escribí en 2021) tratan de aplicar una receta que ha demostrado no servir para nada a lo largo de décadas.
Y aquí es donde uno se pone en plan de sospecha: ¿De qué manera podemos medir los resultados de una campaña de este tipo? ¿Existen números que brinden evidencia de que los consumos de droga y los índices de adicción se redujeron gracias a que se emitieron tal número de spots y se entregaron tantas páginas de material de apoyo?
Por supuesto que no. Nunca los hemos visto (por lo menos, publicados por una fuente oficial). Lo que si vemos es que el problema sigue, y sigue y sigue…
La conclusión entonces es que todo el ejercicio con toda la faramalla es tan sólo una puesta en escena para que el público vea que el gobierno “sí está haciendo algo”. Un lavado de cara por parte de la presidenta y su claque a pesar de que, en la maldita realidad, las cosas siguen igual que siempre.
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