Discúlpame amiga lectora, discúlpame amigo lector, pero este día siento demasiado dolor como para ponerme a escribir trivialidades y voy a ser sumamente corto.
Tengo un gran dolor…
Dolor por cinco jóvenes en Lagos de Moreno cuyo único delito fue el de ponerse en el camino de unos criminales despiadados; jóvenes que fueron asesinados de la manera más cruel y sanguinaria. Jóvenes cuyos últimos momentos —de dolor y terror— fueron grabados y viralizados por PENDEJOS con internet y que, a la búsqueda de clicks y likes, dejaron ver lo más asqueroso que hay en el alma de esos criminales y en la propia.
Dolor por ese número indeterminado de personas desconocidas cuyo destino final fue un congelador en Poza Rica. ¿Qué hay detrás de ellos, cuáles son sus historias, quiénes los esperaban en casa?
Nunca lo sabremos.
Dolor por ese grandísimo hijo de puta que se dice presidente y que se atreve a salir a una de las tribunas con más difusión del país para hacerse el idiota y contar un chiste, para confirmar a todos nosotros que lo que le pasa a la gente, que el sufrimiento de nosotros, le vale un verdadero carajo.
Qué dolor me da mi país, que dolor me da mi gente, qué dolor me dan sus gobernantes.
La verdad es que me dolió mucho el golpe…
…y todavía no me recupero.