
Votar el domingo
Me niego rotundamente a ser un opositor de Twitter, a manifestar mi enojo y descontento únicamente a través de redes sociales y memes. ¿De qué sirve?
Cuando el PRI dominaba el panorama electoral y era imbatible, la gente iba a las urnas solo para expresar su repudio, aun sabiendo que las oportunidades de ganarles eran nulas.
Estamos en la misma situación. ¿Vamos a quedarnos en estado catatónico, solo observando?
¿Desde cuándo nos han dado miedo los acarreados y los mapaches?
Hemos ido a las urnas en peores condiciones, pero con más esperanza. Ahora parece que unos cuantos papelitos con los números de los candidatos han espantado a todo el mundo.
Cuando el gobierno realizo una campaña ilegal y nos dijo por todos los medios posibles que votáramos por Claudia, ¿te quedaste en casa con la cabeza enterrada, mascando tu coraje, o saliste a votar en contra?
Hay candidatos infiltrados, del partido oficial e incluso criminales. Muy cierto, pero también hubo decenas de estudios sobre estos candidatos, su calidad moral y su experiencia. Lo único que hacía falta era revisarlos para encontrar a los correctos.
¿Que están pasando “acordeones” para votar por los candidatos oficiales? ¡Pues hay que usarlos a nuestro favor! ¡No votes por nadie que aparezca en dichos acordeones! Hay muchas opciones.
Si el gobierno está haciendo esto, significa que no la tiene ganada y que está organizando a sus clientelas para que vayan a votar. ¿Vamos a dejar que los acarreados ganen?
Lo que sorprende, al hacer la tarea ciudadana de investigar candidatos, es la gran cantidad de aspirantes que cuentan con experiencia, estudios y capacidad para ser buenos jueces, magistrados y ministros. En el momento en que no voto, permito que un acarreado vote por el pupilo de Morena. El simple hecho de votar ayuda, aunque sea un poco, a emparejar el piso para los candidatos con verdaderas intenciones de mejorar el Poder Judicial.
La ciudadanía es un derecho que debemos ejercer. Estoy de acuerdo en que, en este caso en particular, es muy complicado y conlleva mucho trabajo. Son muchos candidatos para puestos que ni siquiera imaginamos qué significan. Es difícil y tardado investigar y conocerlos.
¿Nos vamos a esconder detrás de la pereza o la ignorancia? ¿Vamos a utilizar el desconocimiento como pretexto?
¿Vamos a dejar que ganen los “candidatos de acordeón”?